“Tú en tu intento de olvidarme, y yo con principios de Alzheimer”


Aun sin hablarme me sigues causando problemas, y tengo que dar explicaciones por tu culpa, debería poner el límite ya, como lo hiciste tú.

Comienzo diciéndote, que tu actitud es agotadora cuando no es auténtica…

O sale del corazón o no. Si no, es ir contra la naturaleza. 
Se puede ser dulce como un durazno de color cálido, con el corazón fuerte pero sólo por un rato.
No siempre tengo palabras exactas, no siempre sé que quiero, quizás te quiero o te odio, o solo es un capricho mío – ya entre en contradicciones.

¿Recuerdos dijiste? – Gracias a tu falsedad, no sé si creer en ellos o no.

¿Porque rió y porque lloro?  ¿ A quien ignoro y a quien añoro?

¿Te digo algo? No es la distancia o el vacío, ni siquiera el asiento destruido, eres tú el caso perdido. 

Hombre, no tienes la mente capaz para conocerte a ti mismo. Estoy enamorada de tu mente. De la manera en que juegas con la mía, de cómo sabes que me desarmo fácilmente de cómo me contradigo y no tengo palabras para defenderme.

Odio cuando finges no darle importancia a nada. Cuando finges no tener emociones que son capaces de revelarse a sí mismas, lo siento tu tono de voz  te delata.
Te necesito, esto no es amor pero tampoco preguntes que es lo que es… porque no tengo respuesta.

Ahora soy solo un montón de palabras desordenadas… recuerdo, por partes, no tengo continuidad, pido disculpas si no me dejo entender pero cuando te obligue a que lo hicieras nunca te pedí nada… solo quería que estés ahí para mí.





Comentarios