PREFIERO LIDIAR CONMIGO MISMA, QUE CONTIGO



A menudo las personas hablan de querer dejar algo, se lo proponen, pero al final terminan haciendo lo contrario. ¿Por qué? Muy poca fuerza de voluntad, o es porque en el fondo tenemos demasiada terquedad, o aún mantienen la esperanza del pensar, “en lo que podría pasar”?

No se trata de sonar convincente con los demás, pero ante ti pensar mil suposiciones, es mejor tener las ideas claras, antes de pensar en lo que dirás (para ser más simples), porque al final sabes que ni siquiera lo harás.

 Y es estúpido pensar que amar, es necesidad.

Si no conoces el significado de un, “Te quiero”, es mejor no decirlo.

Es estúpido querer librarse de todo, cuando aún no quieres dejarlo. Y porque negar algo que tú a viva voz sabes lo que es.

Es más simple asumir que solo estas engañándote a ti mismo o es que intentas sonar convincente para no quedar mal ante los demás.

Yo no es que tenga miedo de querer regresar, pero eh aprendido que el pasado es mejor ahí donde está. Aún sigo teniendo gran cariño por esos recuerdos, pero solo quiero atesorarlos y no añorarlos.

No sé a qué viene este torrente de recuerdos absurdos.
Quizás por escuchar tantas veces las mismas palabras, o “historias”, a tal punto que ya hasta las tienes memorizadas.

Hay ocasiones en que mi mente se queda en blanco.

Últimamente las historias se repiten y para mi es demasiado aburrido, hablar de lo mismo, decir lo mismo.

Para que pedir opiniones no propias de ti, si al final terminaras haciendo lo que “tú crees”.

Intentar librarse de “tu mal innecesario”, pero aun en el fondo querer siguiendo dependiente de él.

A veces dicen que, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar.

Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte (la primera opción siempre), meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso (todo tiene un proceso no creen?).

Ahora imagínense una tormenta como ésa…

Por alguna razón me siento sin alguna carga encima, es decir a estas alturas estamos bien.



Comentarios