SOÑAR COMO GATO



Tengo miedo.

Cuando llego y me paro al pie de las escaleras, y llamó: Techoo
Y nadie responde…
Segundo intento, y llamo con más intensidad: Techooo…!!

Después escucho un maullido, un ser peludo con los ojos “chinos” entreabiertos y estirándose, me mira y va abriendo de a pocos los ojos, y recién a los dos minutos logra reconocerme y baja maullando a darme la bienvenida…

Se van mis miedos. Después busco debajo de la mesa a mi gata, y sé que estará ahí, por eso no siento tanto miedo. Siento más miedo cuando llamo y mi gato no baja a darme la bienvenida, dado que él no es como Alex, que apenas escuchaba mi voz ya estaba a la mitad de las escaleras.

Paco, es un gato libre, con un espíritu aventurero, es por eso que me preocupa más. 

Muchos son de la idea u opinan que debería castrarlo, y yo me molesto solo de escuchar esa palabra, para mi es “limitar” a un gato, por lo que yo no me siento capaz de hacerlo. Recuerdo que cuando esterilicé a mi gata me puse a llorar por hacerle “eso” a mi gata, la recuerdo adormecida, sin fuerza para pararse e ir en busca de sus crías, pero aun así a pesar de estar con una fuerte anestesia quería subirse al techo a ir en busca de sus crías, para confirmar que estaban bien, y yo me quedé sorprendida ante tal fuerza.  

Me sentía muy culpable por hacerle eso a mí gata, pero mi familia me decía que era lo mejor. Entonces trate de ya no sentirme así, pero siempre tengo la “costumbre” de sentirme culpable. Y eso siento que en parte es por todo lo “que guardé” y no dije en su momento a mi hermana. Tantas palabras, tanto llanto, tantas promesas, tantos deseos, todo eso guardé que un maldito 24 de julio decidió cancelar todo. ¿Qué iba a hacer?

Por más que corrí, no alcancé nada y hasta ahora cada día “ordeno” y pienso en reacciones posibles, de cómo hubiera sido si… te hubiera confrontado y hubiera asimilado junto a ti, que era lo que estaba pasando y como era que te estabas apagando.

Ya es muy tarde. Si eso lo tengo muy claro, por eso es que siempre “guardaré” lo que tenía que decirte, cada día pido disculpas por ser tan cobarde, por no apreciar el tiempo que tenía contigo. Por eso ya asumí que siempre o de alguna me culparé.
Lo raro también es que a veces soy muy cobarde y a veces siento que soy muy valiente por defender lo que creo y quiero, siempre ha sido así.

De pequeña recuerdo que quería mucho a mi perrito, y una vez por defenderlo casi me enfrento con otros perros callejeros, por evitar que mordieran más a mi perrito, recuerdo la sensación de miedo y temor, me temblaba todo el cuerpo pero quería evitar como sea que hicieran que le hicieran daño, y así fue, conseguí que se fueran, en esos momentos sentí que era valiente.

Siempre eh creído que no me gustaban los gatos, porque los veía muy distantes, “muy fríos” y ariscos.
Y no sé porque soy siempre tan radical, no hay término medio conmigo.

Cuando murió mi único perrito que eh tenido, tome la decisión de no volver a tener otra mascota, soy de la idea que “nada volverá a ser igual”, si ya no está.

Hasta que llegué a “conocer” a Alex, nunca había tenido una “conexión” con un gato, ya saben, son muy independientes, egocéntricos y solo se tienen a ellos. Precisamente lo llame Alex, de Alexander porque me recordaba a esa persona que quería porque era así, egoísta, parco y de auto protegerse en su "idea" en que no espera nada de nadie,solo para no lastimarse o decepcionarse. Así era Alex, como su alter ego - humano, quería mucho a ambos y me gustaba mucho protegerlos, porque me sentía muy madura y fuerte.

Pero ese gato me demostró que no era así, mientras yo ponía música triste y me encerraba en mi cuarto y lloraba estaba ahí, a pesar de que le caía “lluvia” no se movía, los gatos odian el agua o que los mojen, pero él seguía ahí. Entendí que no era sano llorar siempre o hacerme “harakiri” viendo fotos, videos para evocar el llanto. En agosto ya me había “calmado”, entendí que era muy tarde, ya era tarde para hablar y decir todo lo que tenía que decir, entonces todo “eso” lo sellé en mí. Por eso siento como si fuera una bomba de tiempo, que tarde o temprano o algún día habrá un detonante para mí.
Cuando todo ya había pasado, perdí a mi compañero, después de mi perrito, había logrado una conexión con Alex, pero la palabra sabia…

Lo bueno solo dura poco…. Y así fue.

Paco el gato más rebelde y techero, que por eso le digo, “techo” de manera cariñosa y ahora escucha y responde a ese llamado.
Siempre sentiré miedo si no responde a mi llamado.
Hay ocasiones en las que hago tres llamados, y nunca eh llegado a los cuatro llamados y espero que no llegué ese día. Paco es un gato libre, pero amable, unos días viene sucio lleno de tierra, y otro llega con la nariz arañada, pero siempre llega cuando lo llamo, es por eso que creo que entiende mi preocupación por el.
Cuando llega arañado solo se sube a mi cama y se recuesta y se hace una bola, y duerme tan tranquilo, a veces soñando y sacando sus garras como si aún soñara que sigue peleando o saltando por algún techo. Lo miro y envidio un poco, porque es un ser libre que hace lo que quiere y no tiene miedo.

Algún día lucharemos por quienes queremos?, seremos valientes al defender como pensamos o en lo que creemos? 

Me hago interrogantes porque yo solía creerle a alguien que estaba ahí para hacerme reír, y que creía en lo que hacíamos, pero creo que yo soy la que más cree en él, que ni el mismo cree en él. A pesar de actuar como idiota, yo aún creo en ti, en lo buena persona que eres, pero que por tus torpezas puedes actuar o llegar a ser un total idiota que si sabe lastimar. 

Y me vuelvo a preguntar, ¿algún día seremos valientes también?














Comentarios